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lunes, 17 de junio de 2013

EL TRABAJO INFANTIL EN CORTO






El día mundial contra el trabajo infantil fue el pasado martes, ya que el 12 de junio de cada año se denuncia la situación de 215 millones de niños en todo el mundo. Con el objeto de concienciar a la opinión pública sobre la realidad del trabajo infantil en la región latinoamericana, y dar voz y visibilidad a aquellos proyectos cinematográficos y realizadores sensibilizados sobre este problema, la Fundación telefónica convocó un certamen de cortometrajes documentales bajo el título: Fundación Telefónica Documenta. Con el propósito claro de que haya una persona concienciada en el mundo por cada niño trabajador.

El pasado 5 de abril el comité de selección eligió a los ganadores: “Las voces pequeñas” de Lina Badenes y Mariona Guiu, rodado en Guatemala, “Pescadores de lápices” de Yeiner Vargas Barlis y Kelly Reyes, rodado en Colombia y “Los hijos del Ayllu” de Mario Torrecillas y Natalia Pérez, rodado en Perú. Los tres equipos seleccionados viajaron a aquellos países donde produjeron y filmaron sus cortometrajes con el apoyo financiero de Fundación Telefónica.

         El mismo día de la conmemoración se estrenaron los tres ganadores del concurso en el Espacio Fundación Telefónica situado en la Gran Vía madrileña, quedando así inaugurada la primera edición de un certamen que promete ser social y querer visibilizar aquellas injusticias que se comenten en los países Latinoamericanos.

Lina Badenes y Mariona Guiu recogen en “Las voces pequeñas” la experiencia de los talleres audiovisuales que realiza un grupo de chavales del departamento de Sololá, en Guatemala, a manera de retrato coral en cuya realización han participado los propios niños y niñas. Así, los talleres proporcionan el telón de fondo en el que se desarrollan las historias generadas por sus protagonistas: los niños han rodado y hablado de sus inquietudes, haciendo a la vez de actores y actrices para que el cortometraje final recogiera el fruto de ese proceso.

“Pescadores de lápices”, de Yeiner Vargas Barlis y Kelly Reyes, cuenta la historia de Daniela, una niña de 12 años que quiere ser artista, y sin embargo se levanta de madrugada para ayudar a pescar a los hombres de un corregimiento del norte de Colombia. El colegio le propone tanto a ella como a sus compañeros de pupitre la creación de un cuento inspirado en su propia niñez como alternativa a las horas de trabajo a las que están habituados. Los cinco premios al mejor relato son unas entradas de cine en la ciudad de Santa Marta. A través de la historia de Daniela el espectador descubrirá a otros niños y niñas que también trabajan, algunos solo uno o dos días, otros toda la semana. La protagonista se debate así entre ganar el concurso escolar como escritora o levantarse cada día a pescar.

Por último, “Los hijos del Ayllu” es una coproducción documental y de animación hispano peruana, coordinada por los colectivos PDA (España) –Mario Torrecillas y Natalia Pérez– y La Combi (Perú), que se centra en la vida de un grupo de niños y niñas del poblado quechua de Auquimarca (Andes, Perú) que cuenta su propia visión del mundo y la realidad en la que viven a través de las imágenes que ellos mismos han grabado, los dibujos que han animado y las historias que han dado a conocer. Sus protagonistas son menores en edad escolar que compaginan las tareas del colegio con trabajos realizados como adultos, y las labores domésticas en su propio hogar (cuidan a sus hermanos menores, lavan la ropa y cocinan) con diferentes tareas agrícolas (cultivan, siembran y riegan).

Si algo tienen en común los tres documentales -aparte claro está del trabajo infantil-, es el premio que se les ofrece a los niños y niñas ganadores del concurso de cada historia. Pues la recompensa por participar en los talleres de las tres películas, siempre tiene que ver con el cine. Y además al finalizar las grabaciones se les obsequió dejando las cámaras, trípodes y todo el material audiovisual que se empleó. Para que con lo aprendido pudieran empezar a contar ellos mismos sus propias historias.

Pinchad en el título debajo de la foto, porque ahí os dejo el link para que podáis ver estos tres cortometrajes y os emocionéis -al igual que me pasó a mí-, disfrutando de la ingenuidad y la sabiduría de los niños y niñas de Latinoamérica, así como de la música en “Voces Pequeñas” creada con la sensibilidad del músico Alejandro Martínez.

No estaría de más que la divulgación de este trabajo llegara hasta la mirada de nuestros niños europeos, para que entiendan que en otros lugares del mundo hay niños como ellos que sufren día a día, teniendo que renunciar a sus sueños y a veces a sus propias vidas. No olvidemos que la esclavitud, la prostitución y el tráfico de drogas son las causas más numerosas de explotación infantil.

Y ahora la pregunta de la semana:

¿Qué crees que podrías hacer tú como ser humano individual para intentar erradicar el trabajo infantil en el mundo?


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