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lunes, 12 de agosto de 2013

LA SECTA APPLE





             En los años 80 me contrataron como actriz para hacer un anuncio de publicidad para TV de la marca Apple, y lo hice sin saber lo que estaba anunciando exactamente. Macintosh era una novedad por aquel entonces y el uso domestico de ordenadores todavía no estaba normalizado. Con los años empecé a utilizar algunos procesadores de textos que empleaba básicamente como maquina de escribir moderna. Luego llegó con Windows la revolución de computadores personales. Me enganché a esa corriente y me acostumbre a escribir y consultar en Internet, desde mi ordenador de casa cualquier trabajo que tuviera que preparar. En aquella época se hablaba del Mac como algo profesional, más caro y especialmente indicado para diseñadores gráficos, ya que las imágenes aparecían con mucha más definición –quizá por eso nunca tuve la necesidad de usar uno–. El primer recuerdo que tengo de un apple entre mis manos fue hace relativamente poco, con la llegada del I Phone. Cuando lo utilicé por primera vez me di cuenta que era algo distinto, otro concepto de telefonía. Yo venía de la Black Berry y ya me parecía increíble tener Internet en el móvil, poder mandar mensajes sin coste adicional, enviar mails o chatear en las redes sociales desde el dispositivo. Pero al empezar a utilizar el I Phone pude comprobar que era algo más: Un compañero o asistente personal en forma de memoria, al que puedes preguntar todas las dudas que tengas, desde una dirección y te conecta con el GPS hasta dar el parte meteorológico. Más tarde me compré un ordenador portátil MacBook y literalmente mi vida cambió. Con él me hice escritora y desde allí escribí mi libro, mis monólogos, teatro, etc. En definitiva, trabajaba con el portátil en todo lo importante del día a día con una facilidad aplastante. De pronto descubrí I Cloud, una nube virtual de Apple donde se colocan todos los documentos para que siempre guardes tu información y la tengas a salvo aunque el ordenador se estropeara o lo perdieras. Además la nube está interconectada con todos los dispositivos Apple de que dispongas. Creo sinceramente que todo esto y muchísimo más que dejo en el tintero por no extenderme demasiado, ha sido la revolución en la comunicación. Así que me interesé por saber quien había sido el visionario. No tuve que esforzarme mucho para llegar hasta Steve Jobs, un artista, un genio, que tuvo claro no copiar ni imitar a nadie, sino innovar, crear y cambiar el mundo.
              Un estudio sobre los genios dice que las características distintivas son: una combinación de inteligencia elevada –por ejemplo coeficiente intelectual de 120–, capacidad creativa muy alta, y variables de personalidad –como persistencia/perseverancia, tenacidad, terquedad, motivación etc–. Si la inteligencia es “demasiado” alta, quizás uno se comporte de la manera "correcta" y "sepa" responder con demasiada facilidad, sin explorar las innumerables, potencialmente estúpidas, ingenuas, respuestas alternativas que caracterizan a la capacidad creativa. Por otra parte, sin la suficiente inteligencia, uno no tiene las materias primas necesarias para poner ideas juntas de forma novedosa y útil. Unido a esto, sin personalidad y tendencia a "luchar contra molinos de viento" todas las grandes ideas que pueda tener el cerebro genial no saldrán a la luz, permanecerán ocultas, el implacable paso del tiempo las disolverá en el olvido, y ya nunca se producirá el brote de genialidad. 

Genios que en el colegio fueron malos estudiantes: es más común de lo que se piensa y abarca todas las disciplinas. Por ejemplo: Albert Einstein, John Gurdon –que ganó el premio Nóbel de Medicina, otro físico de renombre, el estudioso de los agujeros negros Stephen Hawking, así como Évariste Galois –considerado el padre de la álgebra moderna–, y también: Charles Darwin, Winston Churchill, Thomas Edison, Giuseppe Verdi, Picasso, Debussy, Leonardo, Unamuno, Balzac, raig Venter el padre del genoma humano, o Larry Ellison el fundador de Oracle, Bill Gates…
Según Paul Arden, publicista autor del libro Usted puede ser lo bueno que quiera ser  (Phaidon),  escribe que el criterio de enseñanza no puede en ningún caso ser un criterio fiable: “En la escuela se aprende sólo el pasado, los hechos conocidos. Cuanto más hechos se recuerdan, mejores son las notas. Los que fracasan en la escuela no están interesados en el pasado, tal vez porque piensan en clave de futuro. O simplemente no tienen buena memoria. Pero esto no significa que no puedan tener éxito”.
Aclarado este punto, ahora creo que Apple es una secta y su gurú –aunque de cuerpo ausente– sigue siendo Steve Jobs.
“Una secta es el conjunto de seguidores de una doctrina religiosa o ideológica concreta. El término se usaba originalmente solo para aludir a partidos o comunidades de personas con afinidades comunes (culturales, religiosas, políticas, esotéricas, etc), que a través de sus enseñanzas o ritos se diferenciaban de otros grupos sociales”.

“El gurú no sería un simple profesor de religión o sacerdote, sino un ser autorrealizado o alma iluminada. El gurú es quien saca al discípulo de la «oscuridad» de la conciencia limitada y que puede revelar la «luz» de la conciencia, oculta en el interior del discípulo, quien debe practicar las técnicas que le enseña el gurú”.

Pues bien, desde aquí me declaro públicamente de la secta Apple y comparto totalmente su ideario. Por eso quiero recomendaros la película JOBS, donde veréis claramente quien era este personaje tan controvertido y cómo consiguió crear lo que un día visualizó en sueños.
USA
Distribuidora: Tripictures
Duración: 128 minutos
Director: Joshua M. Stern
Protagonista: Ashton Kutcher

Filosofía de Apple:
"Si todos están ocupados haciendo todo, ¿cómo puede alguien perfeccionar algo? Comenzamos a confundir comodidad con gozo, abundancia con elección. Diseñar algo requiere enfoque. La primera cosa que preguntamos es: ¿Qué es lo que queremos que la gente sienta? Placer. Sorpresa. Amor. Conexión. Entonces comenzamos a elaborar nuestra intención. Toma tiempo... Hay miles de no por cada sí. Simplificamos. Perfeccionamos. Comenzamos de nuevo. Hasta que cada cosa que tocamos mejora cada vida que toca. Solo entonces firmamos nuestro trabajo: Diseñado por Apple en California".
Steve Jobs.
         
             Y ahora la pregunta de la semana:

¿Piensas que podría haber más genios, si desde la infancia se potenciaran las habilidades concretas de cada persona?

         

2 comentarios:

  1. Yo creo, (y me consta que no solo yo) que debemos apostar por otro tipo de enseñanza que potencie todas estas cosas que has mencionado. Por ejemplo:
    ¿Porqué no enseñar desde los primeros cursos el lenguaje de la programación informática? De esta manera podremos dotar a la sociedad de herramientas para poder innovar y ser más punteros y lo mejor de todo, crear nuestros propios productos sin esperar a que Apple los saque.
    Creo que tanto Apple como Microsoft son un ejemplo de innovación, sin embargo la restricción en todo su softwere representa como en la Edad Media lo hacían los monaterios; aquellos centros del saber blindados al exterior. La gente no podía tener acceso porque no sabían leer y tampoco escribir. La sabiduría residía ahí dentro custodiada por una minoría y ahora, en la Era Virtual las claves están en Apple en California y Microsoft en Redmon, Washington.

    El lenguaje informático se puede aprender como cualquier otra lengua del mundo, pero nadie nos lo ha enseñado.

    En 1971, cuando la informática todavía no había sufrido su gran boom, las personas que hacían uso de ella, en ámbitos universitarios y empresariales, creaban y compartían el software sin ningún tipo de restricciones.
    Con la llegada de los años 1980 la situación empezó a cambiar. Las computadoras más modernas comenzaban a utilizar sistemas operativos privativos, forzando a los usuarios a aceptar condiciones restrictivas que impedían realizar modificaciones a dicho software. (Fuente: Wikipedia, Software libre)

    En conclusión, sería bueno poder dotar a la gente de las herramientas necesarias para poder fabricar sus propios bienes, en este caso virtuales, como lo hace Apple, porque uno podrá pertenecer a una secta pero si seguimos siendo analfabetos, seremos menos libres, más impresionables y manipulables, y no hay nada de positivo en ello.

    «Se ha dicho hartas veces que el pro­blema de España es un problema de cultura. Urge, en efecto, si queremos incor­poramos a los pueblos civilizados cultivar intensamente los yermos de nuestra tierra y de nuestro cerebro, salvando para la posteridad y enalteciendo patria todos los ríos que se pierden en el mar y todos los talentos que se pierden en la ignorancia» (Santiago Ramón y Cajal)

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    1. Completamente de acuerdo contigo y con todo lo que linkeas, pero quizá en las escuelas aparte de las herramientas informáticas, que por supuesto, también deberían enseñar futuro y no sólo el pasado, que también. Pero enseñar a vivir, a crear, a innovar, y sobre todo a pensar. Sería mucho más fructífero. ¿No te parece?
      "Un alumno no es una jarra que llenar, es una vela que encender"

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