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lunes, 25 de agosto de 2014

10.000 KM


TRAILER

¿Quien le hubiera dicho al director de cine Carlos Marques–Marcet con tan sólo treinta años –cuando rodó 10.000 KM–, que su película se iba a convertir en un fenómeno de festivales? Este film ya ha ganado decenas de premios y sigue subiendo, porque ahora está en la carrera final para ser enviada por la Academia de Cine Española a la de Hollywood, como mejor película de habla no inglesa.

Cuando Marques–Marcet ideó 10.000 KM –Su primer largometraje de ficción–, lo hizo con los elementos que contaba: La Panda P.C, –una productora moderna, joven e internacional, afincada en Los Ángeles–, pero no disponía de una gran producción detrás, al estilo convencional. Así que decidió hacerse eco de la frase “Si tienes limones haz limonada” y rodó la película en dos meses, dos habitaciones y con dos personajes, que fabrican su cotidianidad con los últimos avances de la técnica en medios de comunicación.
Construyó una historia de amor en tiempos modernos, para que todo el mundo pudiera sentirse reflejado. Dos ordenadores y dos Smartphones son la base del film, conectados a internet, alzándose este como el mayor invento del siglo XX.
 Alexandra y Sergio –sus personajes– se comunican a través del skype, mail, what´sApp, e incluso Google Maps. Pero no hay conversaciones telefónicas entre ellos. Y es que las comunicaciones han cambiado y debido a eso, la convivencia.
“Esta película quiere ser también una investigación acerca de cómo la tecnología, que nos permite una comunicación instantánea con la otra parte del mundo, implica el nacimiento de una nueva forma de relacionarse», comenta su director.

Uno de los momentos más impresionantes de esta cinta, técnicamente hablando, es la primera secuencia, de veintitrés minutos, rodada enteramente en un único plano. Con la maestría de Hichcock o Berlanga, este nuevo realizador recurre al plano secuencia para presentarnos y contarnos a modo de introducción el mundo de sus personajes. Y así, al quitárselo de un plumazo puede ir directamente al nudo de la historia, recurriendo a las técnicas más audaces desde el punto de vista de la telecomunicación.
Este plano secuencia –que quedará para los anales de la historia del cine–, comienza con los movimientos pélvicos de Natalia Tena –protagonista del film– que construye una de las secuencias de sexo más naturales de los últimos tiempos.
Los actores, haciendo alarde de su gran profesionalidad, ejecutan una coreografía perfectamente ensayada, y consiguen dar libertad de movimiento a sus personajes sin encorsetarlos en la técnica cinematográfica. En este único plano, los personajes pasan de hacer el amor a la cotidianidad, sacando sus sentimientos más primarios como los celos, la envidia, el deseo de maternidad… Toda una curva de emociones donde los interpretes se van recreando para construir sus personajes.

       Esta película debería tener el sello del Ministerio de Cultura “Especial Fomento Igualdad de Género”, pues empezando por el cuidado que se le ha dado a las secuencias de sexo donde a la actriz en ningún momento se la ve desnuda –el actor sin embargo se muestra integral–, deja bien claro desde el principio que al personaje femenino no se le va a utilizar como un icono sexual. De esta manera la escena resulta real y nada tórrida, cosa a la que no nos tienen acostumbrados en el cine. Por otro lado es la chica el eje de la historia, la que se desplaza y pide a su pareja que le siga. Una mujer que decide postergar su maternidad un año más, en aras de su profesión y para cumplir un sueño.
Ese es justamente el conflicto de 10.000 KM, y esta manera de contarlo es lo que le ha supuesto el éxito de la película, ya que la crisis que genera en la pareja protagonista influye en el público hasta el punto de no dejarle indiferente, esperando con interés el desenlace de la historia.
Otros momentos importantes en este film, son los que no se ven. El espectador nunca sabe exactamente lo que ocurre fuera de esas dos habitaciones, pero lo intuye, por las pinceladas que el director ha querido mostrar, y siente  el peligro constante.

La interpretación de Natalia Tena y  David Verdaguer, son asombrosas. Consiguen que te sientas reflejado en cualquiera de los dos personajes, planteándote qué harías tú en su lugar, incluso aunque nunca hayas vivido una situación de separación.

Una película inteligente donde se nota y mucho la mano de la coguionista Clara Roquet, pues a pesar de su juventud (veinticinco años), está viviendo la misma experiencia que la protagonista. Clara al igual que Alex ganó una beca de guión, en este caso para la universidad de Columbia en Nueva York y ella también como Alex, tenía pareja en la distancia. Clara ayudó al director a terminar ese guión que tenía atravesado y que pensaba que no funcionaría.

Lo que todavía me queda la duda, es porqué Carlos Marques–Marcet eligió para su opera prima a David Verdaguer (Tres días con la familia) y Natalia Tena (Osha en Juego de Tronos y Nymphadora Torks en la saga Harry Potter). Un actor que no había hecho demasiado cine y una actriz internacional que nunca había trabajado en castellano. Esa es otra de las diferencias de esta cinta, y se agradece en el cine español, caras diferentes que hacen resulte más creíble la historia y da claves a otros productores/directores para que cuenten con otro tipo de actores y actrices –que hay muchos y buenísimos completamente desaprovechados–, con los que también se pueden ganar premios.
Esta cinta lleva recaudados hasta la fecha, galardones internacionales: norteamericanos en Austin, Seattle, Dallas… europeos en Crossing Europe 2014 y por supuesto españoles con 5 Biznagas en el último Festival de Málaga (Película, Director, Actriz, Guión novel y Premio de la crítica).

         La productora catalana: Lastor Media –documentales, cortometrajes y este único largometraje de ficción–, co-produce esta película con, La Panda films –un grupo de once españoles muy jóvenes afincados en Los Ángeles, de donde Carlos Marques–Marcet  es socio fundador y la mayoría son becados por Fundación La Caixa para desarrollar estudios de post grado cinematográfico, en universidades de L.A. Cuentan con proyectos en todo el mundo: cortometrajes, video clips y el largo de ficción de Nacho Vigalondo “Open Windows” donde el protagonista es Elijah Wood –El señor de los anillos–, rodado en Austin Texas–.
Este tipo de productoras utilizan un nuevo modelo de producción más abierto, más creativo y sobre todo más internacional.

Gracias a la genialidad de Carlos Marques–Marcet –que también ganó un beca y se fue a Los Ángeles para poder desarrollar su talento– ha hecho que una película pequeña se haya convertido en algo muy grande.

¿CREES QUE ESPAÑA SELECCIONARÁ 10.000 KM PARA MOSTRARLA EN HOLLYWOOD?






  

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