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lunes, 29 de septiembre de 2014

BAL FOLK






Grecia fue el primer lugar donde la danza fue considerada un arte, teniendo una musa dedicada a ella: Terpsícore. 
Y como es imposible que la danza exista sin la música y viceversa, se creó el Bal folk, que son sesiones de baile folklórico y música popular, originarios de varios países de Europa, principalmente: Francia, Bélgica, los Países Bajos y Alemania.
Los bailes se basan generalmente en coreografías tradicionales simples y tienen una base fácil para que la gente pueda bailar y divertirse.
La música es interpretada por bandas en vivo y el público está en la pista, bailando con la música en directo.
A diferencia de otros eventos de danza popular, en el bal folk no es habitual estar con la misma pareja de baile permanentemente. En muchas de las coreografías se va cambiando de compañero durante la pieza, y en cada una de ellas es usual bailar con diferentes parejas. Una de las características del bal folk es que los participantes son de todas las edades desde los más jóvenes hasta los más ancianos. Además es habitual bailar también, entre parejas del mismo sexo.


El estilo de danzas que se suelen bailar son: Scottish (que derivó en nuestro Chotis, con ritmo binario), Bourrées (Danza de origen Francés bailado a doble tiempo, muy rápido), Vals, Polka (que se baila a dos tiempos), Mazurka, Polska (originaria de Suecia, a tres tiempos), Círculo Circasiano, Valsurka (mezcla de vals y mazurka, donde se deja la elección a los bailarines), etc. Y en general, todos aquellos bailes originarios de la vieja Europa donde la música popular hacía mover los pies de sus ciudadanos.
Un bal folk puede incluir además uno o más talleres de danza, para que tanto principiantes como expertos, puedan practicar antes de que comience el verdadero bal. Los talleres también son acompañados por música en vivo.
Ahora en España podemos disfrutar de todo esto, gracias a festivales como Folkarria, donde el baile es el eje principal del encuentro, y a formaciones musicales como Martina Quiere Bailar.
Este grupo de folk europeo, que comenzó siendo un trío formado por dos violines y un acordeón diatónico, allá por el año 2.010, se ha convertido con el paso del tiempo en un quinteto, añadiendo guitarra acústica y percusión. 
Con fuertes influencias de la música folk de Centroeuropa, Martina Quiere Bailar es un grupo de raíz, que crea un sonido fusión de la música popular francesa y de otros países del entorno.
Con la danza como elemento principal de sus composiciones Martina convierte sus actuaciones en un gran salón de baile, llegando a mover incluso el patio de butacas para crear en el centro, una gran pista.
Todos sus seguidores bailan sus canciones y a cada concierto les acompañan una legión de bailarines anónimos. El resultado es que estos cinco miembros se multiplican y llegan a convertirse en ocasiones, hasta en cincuenta integrantes entre el escenario y el salón.
Martina pone música a la Asociación La vida en Danza, todos los miércoles en La Tabacalera (Centro social auto gestionado, que se encuentra en la céntrica calle de Lavapiés en Madrid). Allí hacen talleres y todo es gratuito, tan sólo por amor al arte. Ellos piensan que juntar la música y la danza es necesario para ser felices en la vida. Les encanta sentir que el suelo tiembla mientras ellos están tocando, porque eso supone que su público no está sentado, sino bailando.
Este grupo de música intimista y acústica, ha actuado en Festivales de Italia, España, Portugal y Francia. Sus directos son alegres y audaces, aunque en su primer y único disco hasta el momento: Vueltas y Revueltas tenga un sonido más nostálgico. En donde incluso llegan a hacer referencia a los mineros asturianos y a la lucha por la dignidad de su profesión. Incluyen al final del disco, parte del sonido de la manifestación de la minería que se celebró en Madrid hace algunos años, pues todos los integrantes del grupo se sienten muy involucrados con esa marcha. Aunque también tienen un tema dedicado al Inspector Gadget.
En cualquier caso, Martina nos promete que su segundo disco será mucho más “trallero” e incluirán una versión de La Llorona, único tema cantado que hasta el momento sólo lo interpretan en los directos.

Si te gusta bailar, y hacer coreografías colectivas no puedes perderte a este grupo que mezcla la danza y la música folk, y que en su disco Vueltas y revueltas hacen referencia a las vueltas que da la vida, pero también a las vueltas que se necesitan dar al bailar, creando de esta manera una similitud entre la vida y la danza.
Sus componentes son:


Diego (guitarra y voz), ha sido cantautor y es compositor de algunos de los temas de Martina. Toca también el bouzouki y la mandolina.


Sonsoles (violín y portavoz del grupo). Con formación clásica en el Conservatorio Teresa Berganza de Madrid. Es también diplomada en Magisterio Musical y licenciada en Historia y Ciencias de la Música por la Universidad Complutense de Madrid. En la actualidad ejerce de profesora de música en el CEIP Manuel Vázquez Montalbán de Leganés.


Juan (percusionista), especializado en músicas tradicionales y flamenco. Su formación musical en la Escuela de Música Creativa donde recibe clases de percusión afrocubana. Profundiza en el estudio de diferentes estilos musicales e instrumentos de percusión.


Esther (violín y bajo eléctrico). Formación clásica en el Conservatorio P. Antonio Soler de Madrid. Fue integrante de la Orquesta Metropolitana de Madrid, Orquesta Sinfónica Chamartín y Cuarteto Saltarello. Al mismo tiempo, se interesa por el uso del violín en otros estilos musicales: Pop, Rock, Músicas del Mundo y  músicas tradicionales europeas. Es diplomada en Magisterio Musical y licenciada en Historia y Ciencias de la Música por la Universidad Complutense de Madrid. En la actualidad ejerce como profesora de música en un colegio de Madrid.


Fabio (acordeonista). Italiano de nacimiento y español de adopción. Profundiza en las músicas folk centroeuropeas y se especializa en las relaciones entre la música y el baile.
Actualmente combina su labor como  profesor de acordeón diatónico en Madrid con la actividad artística del grupo.

       Martina Quiere Bailar actuó anoche con gran éxito en el Festival Madrid Folk, que se desarrolló durante tres días en el Círculo Bellas Artes de Madrid.

              No dejes nunca que pare la música y el baile. Y no permitas que la vida te frene. ¡Baila!


¿CREES QUE LA DANZA ES NECESARIA PARA LA SALUD?

lunes, 22 de septiembre de 2014

PercuAutora







       A simple vista, Virginia Rodrigo parece frágil y ligera como una gacela. Pero en cuanto ahondas en su personalidad, te das cuenta que es una tía fuerte, de esas que no se amilanan ante nada. Se mueve por Madrid en su propia bicicleta y se considera fiel defensora de los derechos de las mujeres. Tiene un blog donde plasma sus pensamientos e inquietudes y además es PercuAutora.
Reconozco que el día que me presentaron a Virginia Rodrigo era la primera vez que escuchaba esta palabra: PercuAutora, y luego me enteré que fue ella misma quien la acuñó.
              De entrada me llamó la atención su talante, pues al ser escritora de sus propias letras –junto con el poeta Álvaro Tato–, habla de aquellas cosas que le preocupan como mujer, y lo hace con arte, gracia y talento.
       Todos los cantautores que yo había conocido hasta la fecha, se acompañaban de su guitarra. Otros lo hacían con el piano, pero nunca había visto a ninguno de ellos que saliera a cantar con la batería. En el caso de Virginia es que además es multiinstrumentista y performer; toca el cajón, la darbuka y todo el set de instrumentos de percusión, pero además toca la guitarra y el piano, aunque ella no quiera considerarse guitarrista ni pianista. Aparece en sus conciertos desprovista de todo lo superfluo, desnuda de alma y pies para que nada ni nadie le impida gritar a los cuatro vientos que su opción musical es tan válida o mejor que cualquier otra.

              Cuando le pregunté porqué se había dedicado a la música, me contestó esto:
       “Empecé a tocar sin demasiada intención. En mi familia todos provienen del ámbito académico; nadie se dedica a la música, así que empecé a hacerlo como hobbie. Comencé tocando percusión árabe y flamenca. En mi búsqueda por aprender un instrumento versátil con el que abarcar diversos estilos, empecé a estudiar batería. Paralelamente cursaba estudios de Humanidades en la Universidad Carlos III, que era bastante estricta y presencial y como yo ya llevaba unos años tocando, me empezó a salir trabajo de percusionista. Me pusieron muy difícil compaginar ambas cosas y pensé que sería tan improbable ganarme la vida con las Humanidades como con la percusión. Aposté y me decidí por la música. No me equivoqué, pues esta profesión me ha dado de comer, y la facultad no se muy bien qué frutos me habría proporcionado, sobre todo con la que está cayendo”.

              Sin embargo la docencia si que es algo que le viene de familia, así que decidió dar clases de percusión y, desde hace doce años dirige su propia escuela: Ritmo y Percusión.
Ella se siente completamente realizada con esta faceta de profesora y, niega rotundamente la vieja idea de que quien se dedica a la docencia, es porque no es demasiado bueno como para subir a un escenario.

       Virginia se formó durante años en la Escuela Popular de Música y Danza de Madrid. Desde entonces comenzó a trabajar como baterista y percusionista –en lo que lleva más de una década–, colaborando con artistas y grupos como Javier Paxariño, La Musgaña, Ana Alcaide o Eduardo Laguillo y varios miembros del grupo Radio Tarifa.
       En el año 2014 decidió sacar adelante su propio proyecto poniéndose al frente de la banda, cantando. Preparó, grabó y produjo su primer disco PercuAutora, en el que incluye su single HiperSexualidad que le ha llevado a tener más de 20.0000 visitas en You Tube. Ahora mismo se encuentra preparando la gira de otoño y además su disco PercuAutora está sonando todos los jueves a las 22,30 en el Teatro Alfil, insertado en mi monólogo MISS TUPPER SEX.
              Una amiga común nos presentó y en seguida me di cuenta que podríamos hacer sinergia y es que tenemos la misma visión de la cosas, así que era muy fácil que pudiéramos trabajar juntas.
Yo acababa de estrenar en el Teatro Alfil un monólogo que habla de la sexualidad femenina y pensé que el tema HiperSexualidad, venía que ni pintado para insertarlo durante el espectáculo. Ahora el público del Alfil, sale cada jueves tarareando su estribillo: “HiperSexualidad, hipermercado tecnia del sexo mundial”.
Espero que esto sea tan sólo el principio de un futuro lleno de colaboraciones entre las dos. Además le auguro un maravilloso porvenir a esta artista que también tiene algo de actriz en el escenario. ¡No hay que perdérsela!



¿PIENSAS QUE A LAS MUJERES BATERISTAS LES CUESTA MÁS SER VALORADAS?