ROBBIE K. JONES
INCONFORME: Hostil
a lo establecido en el orden político, social, moral, estético, etc.
La cultura inconformista
o hipster como viene a llamarse por su acepción en inglés, es una subcultura
asociada en mayor medida con la música independiente. Se caracteriza por una
sensibilidad variada, alejada de las corrientes culturales predominantes
(mainstream) y afín a estilos de vida alternativos. Las personas que pertenecen
a esta corriente urbana, son los nuevos «bohemios» y se definen como los «antimoda».
De hecho ningún hipster reconoce serlo, porque la base de este movimiento es:
no estar de moda. Evitan las etiquetas y ser etiquetados, sin embargo, todo
ellos visten lo mismo, actúan igual y se conforman en su, no conformidad. Suelen
ser gente joven, principalmente de raza blanca, personas delgadas, urbanas,
enraizadas en las clases medias o altas y en su mayoría viven en el centro de
la ciudad. Les gusta la música experimental –que escuchan en elepés de vinilo–,
el cine independiente o cualquier otra forma de cultura no mainstream. Su
indumentaria está sacada de ventas de saldos y es ropa vintage o de segunda
mano. Se alimentan con comida orgánica, incluso vegetariana y beben cerveza artesanal.
Escuchan la radio pública y eligen cualquier tipo de consumo que no sea el habitual.
Suelen frecuentar cafés culturales, bares pequeños o restaurantes acogedores a
los que algunos de ellos acuden en bicicletas de piñón fijo. Usan cámaras
analógicas o polaroid, reciclan y reutilizan casi todo. Sus áreas de trabajo
son las creativas, humanas o tecnológicas. Disponen de aparatos electrónicos de
última generación y pertenecen a la secta Apple, aunque esto les ocasione un
conflicto con sus principios. Están continuamente conectados a internet y utilizan
las redes sociales para comunicarse.
A los hombres se
les distingue fácilmente por sus pobladas barbas, sus gafas de pasta –a veces
sin cristales–, pantalones pitillo y un gorrito de lana que acostumbran a
llevar prácticamente todo el año. Pero aparte de su indumentaria, los y las hipsters
suelen estar bien formados en relación a las artes liberales, artes gráficas,
matemáticas o ciencias. Son universitarios, leen mucho y utilizan más el lado
derecho de su cerebro que el resto de la sociedad, por lo tanto, muchos
hipsters eligen su carrera en el ámbito de la música, el arte o la moda.
Este es el caso del
músico estadounidense afincado en España desde 1999, Robbie K Jones
–pronunciado cajones–, se hace llamar así porque su principal instrumento –de
todos los que conoce a fondo–, es el cajón.
Aunque como buen
hipster, Robbie no quiere etiquetarse, por eso nunca reconocerá pertenecer a
esta tribu urbana y por la misma razón, tampoco le gusta etiquetar el tipo de
música que hace. Él toca de todo, de hecho podemos verle actuar las noches de
los jueves en El Taller de Cerveza Artesanal que hay en el pueblo Los Molinos, de la sierra noroeste de
Madrid. Allí se reparte entre la percusión y el banjo junto a una bajista, un
violinista y un flautista, para deleitar a los vecinos y vecinas de esta
localidad madrileña que acuden semana tras semana a disfrutar –bailando y
coreando–, de las jam session que lidera
este músico Estadounidense.
Robbie K Jones
nació en Ohio y allí estudió música. Es un multi-instrumentista que se especializa
en lo étnico con la percusión y el banjo de cinco cuerdas. Su estudio ha estado
enfocado fundamentalmente al desarrollo de las técnicas del cajón para músicas
populares, como el flamenco, bluegrass, jazz Manouche o la música peruana. También
trabaja de actor, cantante y presentador de funciones teatrales. Robbie es el
showman de proyectos como La Banda DelSoplo, La Familia Scalofrini y Pikalyboo.
Jones también
ejerce de profesor dando clases de percusión y de teatro clásico en Teatro Tespis, incluso presenta obras infantiles
como Funky Topo Trío.
Sus proyectos
musicales son Track Dogs, Finis Terrae y
Balbarda, que le han llevado a actuar por toda España, Europa y EEUU.
Ahora tiene un
nuevo proyecto musical: Potato Monsters
de música americana y celta.
Robbie ha salido de
la urbe para unirse al nutrido grupo de profesionales free lance –la mayoría
artistas– que están viviendo en la sierra de Madrid, creando entre todos un
nuevo distrito alternativo, como si del Williamsburg neoyorkino se tratara.
Esperemos que este
músico inconformista siga pidiéndole a la vida cosas nuevas, para que de esta
manera, nosotros podamos seguir disfrutando de sus creaciones.
¿Piensas que el
inconformismo debe estar inherente en la personalidad del artista?
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